vue du quartier du haut cambo avec eglise et sommets alentours - cambo les bains
Alex Gaztelumendi

Kanbo, una estación termal inigualable

Kanbo

La belleza de esta localidad labortana es apreciable a lo largo y ancho de sus avenidas arboladas, con sus típicos caserones vascos y edificios construidos al más puro estilo Art Déco. Su clima templado favorece una vegetación exuberante y en algunos casos hasta exótica. Un conjunto de jardines y avenidas, ornamentadas con preciosas hortensias, han dado a Kanbo ('Cambo-les-Bains' en francés) su merecida reputación de ciudad-jardín.

Es sin duda, un lugar propicio como campamento base desde el que descubrir el resto del País Vasco. De hecho, Kanbo ofrece la quietud y la calma del interior del País Vasco, pero a tan solo dos pasos de la efervescencia estival de la costa vasca.

Lo que no puede faltar de Kanbo

El agua, dueña y señora de Kanbo

Las virtudes de las aguas de Kanbo

Así como la conocida fuente de mosaicos de color azul da ese toque Art Déco a la villa, las propiedades terapéuticas de las aguas termales de Kanbo son conocidas desde la Antigüedad.

Los primeros baños termales fueron construidos en 1761. Más tarde Kanbo vivió un resurgir turístico bajo el mandato de Napoleón III. El balneario fue reconstruido y modernizado a principios del siglo XX, lo que confiere al lugar ese característico estilo Art Déco ya mencionado anteriormente. En la actualidad esta estación balnearia cuenta con los últimos avances en materia de turismo termal y es gestionada por la Chaîne Thermale du Soleil.

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Photo : © Corentin Mossière

Cuidados termales para mejorar su salud

El balneario de Kanbo debe su reputación a su especialización en el tratamiento de los problemas reumatológicos y respiratorios : 18 días de cura para aminorar los dolores, mejorar la movilidad y reducir la consumición de medicamentos gracias a las propiedades curativas de sus aguas termales.

Más allá del tratamiento convencional de 18 días, el balneario cuenta con programas más específicos para ayudar a pacientes que sufren patologías concretas, tales como la lumbalgia crónica, el tinnitus o la fibromialgia.

Un espacio abierto a todo el mundo

No hace falta estar en tratamiento para apreciar el balneario de Kanbo : desde un paseo por su jardín termal, un auténtico jardín del Edén con un ligero aire a Marrakech, pasando por el placer de los cuidados en su spa, hasta una comida en el restaurante 'le Pavillon bleu'... ¡El balneario cuenta con un amplio abanico de posibilidades!

Kanbo, un pueblo con historia

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Photo : © OT Cambo

Un mirador sobre el Errobi

La iglesia de Saint Laurent, catalogada como Monumento Histórico, es una de las más espectaculares del País Vasco, aderezada con galerías esculpidas en madera y un magnífico retablo. Ofrece así mismo una preciosa vista panorámica del valle del Errobi y sobre el pintoresco barrio de 'bas-Canbo'.

Edmond Rostand y Villa Arnaga

Villa Arnaga

En la actualidad, visitar este lugar que tan arduamente deseo el autor de Cyrano está al alcance de todo el mundo : la mansión de estilo neo-vasco, con su inmenso espacio interior de 40 habitaciones, vista desde el exterior tiene una apariencia tradicional pero su interior está decorado como si de un suntuoso escenario de teatro se tratase.

Artífice de esta inmensa mansión, Edmond Rostand creó también un conjunto de jardines con más de 15 hectáreas que ponen de relieve la dualidad que inspiraba al dramaturgo francés : por un lado la riqueza y la ostentación, y por el otro la calma y la quietud.

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Photo : © OT Cambo-les-Bains

Por encima de todo, Kanbo es un lugar lleno de belleza casi poética que se refleja de manera inmejorable en el precioso palacio de Arnaga. Obra maestra de la arquitectura y hogar de Edmond Rostand hasta su muerte, la villa Arnaga está catalogada como Monumento Histórico y es conocida con el sobrenombre del 'pequeño Versalles vasco'.

Edmond Rostand

Después de llegar a Kanbo en el otoño de 1900, el poeta quedó totalmente hechizado por el País Vasco. Seducido por el clima de esta pequeña localidad, el autor del clásico 'Cyrano de Bergerac' y miembro electo más joven de la Academia Francesa, decidió instalarse en el pueblo labortano.

Hizo construir para ello una mansión a su imagen y semejanza que bautizó con el nombre de Arnaga. Villa en la que vivió con su mujer, la conocida poetisa Rosemonde Gérard, y sus hijos desde 1906 hasta 1918. Fue aquí donde escribió la obra de teatro en cuatro actos de 'Chantecler'.

La Villa Arnaga

En la actualidad, visitar este lugar que tan arduamente deseo el autor de Cyrano está al alcance de todo el mundo : la mansión de estilo neo-vasco, con su inmenso espacio interior de 40 habitaciones, vista desde el exterior tiene una apariencia tradicional pero su interior está decorado como si de un suntuoso escenario de teatro se tratase.

Artífice de esta inmensa mansión, Edmond Rostand creó también un conjunto de jardines con más de 15 hectáreas que ponen de relieve la dualidad que inspiraba al dramaturgo francés : por un lado la riqueza y la ostentación, y por el otro la calma y la quietud.

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