Mémorial Oroit Mina

Toda Europa se vio periódicamente afectada por la brujería, y en los albores del siglo XVII el País Vasco no fue una excepción. Cristianizado tardíamente, conservó tradiciones como las celebraciones de carnaval y las creencias en ciertos personajes de la mitología vasca. Estas tradiciones se apoyan en el uso de una lengua incomprensible para el resto del reino.
Con el fin de erradicar la brujería de la provincia de Labourd, Enrique IV organizó una comisión (que incluía al juez Pierre De Lancre) para erradicar las brujas de la provincia. Se calcula que De Lancre envió a la hoguera a unas 80 personas, la mayoría mujeres.
El monumento "Oroit Mina" se construyó para conmemorar este oscuro periodo de la historia del País Vasco. Esta escultura aboga por la tolerancia y el deber de memoria para rendir homenaje a las víctimas inocentes de estos procesos.